Poco descubrimos al decir que AFAS es una institución modélica que ha ido consolidándose y creciendo a base de mucho esfuerzo, sacrificio y un trabajo bien hecho desde hace más de cuatro décadas. En este gran proyecto social de inclusión trabajan personas como Bernabé Blanco que viene a ser una de los iconos más reconocibles de esta gran institución tomellosera. La sensatez y sentido común que siempre le acompañan, los está utilizando también en esta crisis del Covid-19 que también ha dejado su mala huella en la entidad. Blanco atiende nuestra llamada con su exquisita educación y amabilidad.
-¿Cómo lleva este confinamiento que ya se ha alargado por espacio de un mes?
-Relativamente bien. Se está haciendo largo y lo peor de todo es que no ves la meta final. Estoy en casa trabajando mucho, pendiente del teléfono, de los correos electrónicos y toda la información que me pueda llegar. En los tres centros que gestionamos hay incidencias que tenemos que ir resolviendo con celeridad. Y en el plano más personal estoy en casa con mi mujer y mi hija tratando de sobrellevar esta situación de la mejor manera posible. Esto era algo impensable para lo que nadie estábamos preparados. Pero debemos aguantar para salir de este atolladero lo antes posible.
-¿De qué modo ha afectado a AFAS esta crisis del coronavirus?
-Nos ha afectado de una manera tremenda. El 12 de marzo ya tuvimos que adoptar la decisión de cerrar el centro de día, el centro ocupacional y otros servicios como el de atención temprana. Todo lo focalizamos en las viviendas y residencias donde hemos aplicado un protocolo muy estricto. Todos los trabajadores, fueran del área que fuera, están echando una mano en el tema de residencia y vivienda. Estamos en modo crisis tratando de cuidar y proteger a los 78 residentes de Tomelloso, a los 28 de Alcázar de San Juan y a los 30 de La Solana. La situación es compleja porque tenemos afectados a los que hemos tenido que aislar y por desgracia hemos tenido también cuatro fallecidos.
-¿Es complicado para una persona con discapacidad aguantar un confinamiento?
-Muchísimo. Son personas que necesitan moverse, relacionarse, salir a la calle…y ahora tienen que estar confinados. De todos modos, y salvo raras excepciones, están haciéndose el cargo de la situación y están teniendo un gran comportamiento.
-Han planteado algunas peticiones y reivindicaciones para poder hacer frente a esta crisis, ¿no es así?
-Nuestras reivindicaciones van en consonancia con las que ha planteado en el ámbito nacional el movimiento de Plena Inclusión. El problema más grave es el de los profesionales. Tenemos 27 bajas por casos de coronavirus y resulta muy complicado cubrir esas bajas que, además, seguirán aumentando. También venimos reclamando equipos de protección para estos profesionales. Gracias a la iniciativa pública y privada la dotación de equipos ha ido mejorando en nuestros centros, pero las primeras semanas fueron muy complicadas.
-Recientemente mantuvo un encuentro por videoconferencia con la Reina de España, ¿con qué sensaciones se quedó usted?
-Ese encuentro con la Reina fue posible gracias a una iniciativa. Yo pude estar presente por mi condición de presidente de AEDIS (Asociación Empresarial para la Discapacidad) y fue muy positivo poder plantearle esas dificultades y problemas a los que me refería antes: escasez de personal, necesidad de contar con más material de protección y la necesidad imperiosas de que se hagan test a profesionales y usuarios para saber quién está afectado. Doña Leticia se mostró muy receptiva y se comprometió a hacer todo lo que esté al alcance de su mano para ayudarnos a resolver estos problemas.
-¿Cómo cree usted que nos afectará todo esto; habrá un antes y un después?
-Estoy convencido de que esta dichosa pandemia marcará un punto de inflexión. Quiero pensar en positivo y creo que vamos a recuperar valores que habíamos perdido o que no les prestábamos demasiada atención. Pongo el ejemplo de las relaciones vecinales. Por nuestra manera de vivir apenas tenemos trato con los vecinos y ahora nos saludamos, compartimos cosas, tratamos de poner al mal tiempo buena cara. En definitiva, vamos a valorar más al que tenemos al lado e incluyo también a las personas mayores a las que teníamos algo olvidadas. Luego quedarán las consecuencias económicas y sociales, para las que ya se irán articulando soluciones. Quiero quedarme con ese cambio en las relaciones humanas que creo que será positivo.
Fuente: La Voz de Tomelloso