Bernabé Blanco, gerente de AFAS, e Isabel Lozano, coordinadora de la Oficina de Vida Inclusiva (OVI) de Tomelloso, se han reunido recientemente con la alcaldesa de la ciudad, Inmaculada Jiménez, para hacerle llegar el informe anual del Servicio de Capacitación de esta entidad, dado que las instalaciones que la oficina ocupa en la Casa del Agricultor fueron cedidas el pasado año por el Ayuntamiento.
Además de agradecerle a la primera edil la sensibilidad de su equipo de gobierno con el colectivo de las personas con discapacidad intelectual, Blanco y Lozano le hicieron llegar las necesidades y reivindicaciones más importantes que estas personas demandan en cuanto a empleo público. En este sentido, los responsables del proyecto explicaron a Jiménez que “es prácticamente imposible que las personas con discapacidad intelectual accedan a los trabajos temporales que el Consistorio oferta a través de distintos planes de empleo puesto que siempre se prima el factor económico sobre la exclusión social que supone la discapacidad intelectual a la hora de conseguir un empleo”. En línea con ello, Blanco y Lozano explicaron a la alcaldesa que es fundamental diferenciar entre discapacidad física y/o sensorial y discapacidad intelectual, sin duda, “el colectivo que mayor dificultad tiene para acceder a un puesto de trabajo”. Jiménez se mostró receptiva ante estas peticiones y se comprometió a estudiar alguna fórmula para favorecer la discapacidad intelectual en próximas convocatorias de empleo público del Ayuntamiento.
La Oficina de Vida Inclusiva cuenta con la financiación del Fondo Social Europeo y se ocupa de buscar oportunidades de empleo, formación, ocio y vivienda independiente en comunidad para las personas con discapacidad intelectual. Durante 2020, a pesar de la dificultad añadida que ha supuesto la pandemia, el Servicio de Capacitación ha atendido a un total de 23 usuarios, logrando prácticas laborales con algunas empresas tomelloseras -siempre generosas con AFAS-, así como interesantes cursos que se están desarrollando en entornos normalizados, esto es, junto a personas sin discapacidad. Con ello, desde la Oficina de Vida Inclusiva, se busca la plena inclusión del colectivo por el que trabaja.